El juego de la vida

Leyendo un texto “educativo” me encuentro esta perla:

“Todos los juegos son modelos de situaciones conflictivas y cooperativas en las que podemos reconocer situaciones y pautas que se repiten con frecuencia en el mundo
real.”

Modelos de situaciones conflictivas? todos? El ajedrez es una situación conflictiva, por ejemplo, el parchís si me apuras, pero todavía no conozco a nadie que encuentre conflicto en colar aros en un cono… incluso se de algunos que lo haríamos por diversión, pues incluso, algunos juegos hasta pueden ser divertidos y punto, ajedrez y parchís incluidos claro, –bueno, no voy a citar el fútbol, que ese demuestra que esas enseñanzas funcionaron en la mayoría de los casos-.

Ese tipo de sentencia viene a demostrar una vez más lo que es evidente: se nos educa para ser competitivos, para ser más y tener lo mejor, se nos enseña desde niños a que al otro, hay que pasarle por encima en cuanto podamos –enseñanzas, por cierto, un tanto curiosas, pues quien te las enseña está expuesto a que sea él a quien le pasamos por encima para conseguir su puesto-. Si los juegos se crearon con esa finalidad, o les salió rana pues, insisto, que algunos hasta nos divertimos, o en realidad se intenta pervertir precisamente esa idea de diversión. Supongo que al que dijo “lo importante no es ganar, sino participar” le dieron pasaporte, como diría Bogart.

Pues me da que no, señores “educadores”. Cuando yo me visto mi armadura, pobre pero resistente, de nivel, apaño mi espada de doble filo en el Guild wars y me conecto a su mundo virtual, no voy para allá dispuesto a que fulanito de tal, que no se de donde viene, vea que soy mucho mejor que él, voy para allá dispuesto a pasarme un rato cojonudo y divertido luchando, cazando orcos y batiéndome contra otros jugadores pues así son las reglas de ese juego; y lo mismo si dirijo ejércitos en la II guerra, si peleo con bandas en las calles de los ángeles, le meto zapatilla a mi Ferrari para ganar unas pelas o, para aquellos que no vean diversión en esto, preparo tés de camomila en mi terracita… y joder!!! todo eso para divertirme.  ¿Qué si me gusta ganar?Ç Coño, claro… pero en el juego, no más allá, en la vida, me gusta que las cosas me salgan bien sin pisar al que está a mi lado –y no digo que a veces no le haya tenido que dar una “lección de humildad” a más de uno, que tonto tampoco soy-, pero nada más. Y, para cerrar esta entrada, que sepan esos educadores que competir no lo aprendí con el parchís, lo aprendí en el colegio, cuando mis maestros me decían que tenían que ser mejor y mejor para ganar mucho dinero de mayor, lo aprendí cuando me incorporé a la tan educativa sociedad en la que vivo; ahí es donde aprendí a competir, y ahí es donde me dije y les dije “Señores y señoras, en el culo tengo flores”

Con perdón, pero poco, por la expresión, buena noche, buen día o lo que mejor os convenga.

 

Pd: Me voy a echar una partidita a uno de aviones con el que me tiro una risas de la leche…